lunes, 3 de mayo de 2010

EN RUMANIA



Tras varios meses de contacto con la Asociación rumana “Servicios Humanitarios para Penitenciarias” (entidad ligada a la religión Adventista),se realiza la visita a dicha entidad creada en 1993, que trabaja con el apoyo través de la Administración del Estado con un protocolo firmado para un periodo de tres años, sin apoyo económico. Voluntarios de esta misma entidad nos acompañan a realizar la visita a la Prisión de Mujeres de Targsor, donde pudimos comprobar in situ las actividades que se realizan dentro de las prisiones, compartiendo con los profesionales y las reclusas toda una mañana.

Esta entidad trabaja a través de voluntariado, cuentan con unos 3000 voluntarios, con colaboraciones rotativas mensuales de unas 1000 personas.

Trabajan tres ejes fundamentales:
1. Educación religiosa. Se observa un trabajo evangelizador en las prisiones.
2. Reintegración profesional
3. Reintegración social

Los programas actúan trabajan con objetivos educativos, sanitarios y profesionales.
En el ámbito sanitario, trabajan 80 médicos voluntarios realizando una media de 300 asistencias médicas. De esta manera aportan las atenciones médicas básicas que el Estado no ofrece a los reclusos, como analíticas, exploraciones médicas o controles de tensión. Los grupos de voluntarios profesionales y no profesionales, realizan talleres antitabaco, de higiene personal o de prevención de VIH.


La educación es trabajada a través de la alfabetización, dando una educación básica a los reclusos que nos disponen de formación básica. Este punto es muy importante teniendo en cuenta que en el sistema penitenciario rumano los menores que son condenados acuden a los mismos centros que los adultos.

No en todas las prisiones existen destinos pagados, el salario de estos destinos viene fijado por el Salario Mínimo Interprofesional del país, de este salario el 10% se reserva para el recluso que le será aportado en el momento en que cumpla la condena y comience a gozar de la vida en libertad, el 60% queda en el centro penitenciario, quedándole a la persona el 30% del salario obtenido.

Mediante asesorías individuales y grupales se realizan orientaciones religiosas y culturales. Se ofrece una asistencia social para los/ as reclusos/as con hijos.

Se realizan terapias especiales con los condenados a cadena perpetua (en el sistema penitenciario rumano existe la cadena perpetua, revisable a los 20 años, pudiendo obtener el recluso la libertad condicional si se alega buen comportamiento.)

Los voluntarios asisten a los centros penitenciarios una vez por semana, acogiéndose así al permiso que instituciones penitenciarias les ofrece, en estos talleres se trabajan todos estos aspectos y se realizan talleres de manualidades que pueden vender fuera de la prisión, los materiales para estos talleres son proporcionados por los voluntarios.

Existe un grupo de voluntarios que dirigen su trabajo con los reclusos a la socialización de los mismos mediante, carteo apoyando en el proceso, acompañamientos, visitas, etc.

Todos los trabajos que se realicen dentro de prisión reducen la condena, pero el objetivo principal que plantea la entidad es crear un proyecto de futuro, trabajando la espiritualidad de la persona.

La Administración Rumana no subvenciona entidades sociales, por lo que el número de empresas del tercer sector son escasas, y las existentes se encuentran subvencionadas por entidades religiosas. El trabajo que se realiza con los reclusos se realiza mientras que éste se encuentra cumpliendo condena, quedando sin apoyos cuando se le concede la libertad y tiene que comenzar con su vida en la calle.

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