jueves, 10 de junio de 2010

EMPRESAS CON PERSONAS PRESAS

Un segundo es una eternidad, en los brazos de una mina
el perfume de la libertad, huele mejor que la vida...
Puede costarte la vida”.
Tanguito.- Letra y música Javier Ruibal

Aunque resulta distinto al sentido que pretende darle su autor, me viene como anillo al dedo esta estrofa. Trabajo como técnico de empleo –bueno, últimamente con esto de la crisis sería algo más parecido a un comercial- buscando empresarios y empresarias que quieran contratar a personas entre otras, que van saliendo de la prisión, haciendo con ello posible que la gente “vuelva a empezar” y cierre su paso por el centro penitenciario con prontitud. Trabajo con la sensación de que estas personas son en sí mismas minas y cuando el proceso de búsqueda activa de empleo se alarga en el tiempo y no conseguimos si quiera con la intermediación que empiecen a trabajar porque no hay quien contrate, veo diversos tipos de explosiones, hacia fuera o hacia adentro; me cuesta aceptar esta última pues no hay nada peor que una persona que “ya no responde”. Vivo con intensidad esta “atadura” pues creo que la libertad es un bien muy preciado. No creo que me cueste la vida, pero sí que me dejaré parte de ella en esta historia.
Parto de la experiencia poco divulgada de que hay empresas que contratan a personas en riesgo de exclusión o excluidas, directamente, aun cuando las bonificaciones para quien contrata no son tan significativas. Parto de la experiencia de que no siempre se aprovechan de su situación, he visto empresas que han dado cantidad de oportunidades. Parto de la experiencia de que se ha llegado incluso a encontrar el hueco y se ha apostado por la gente más deteriorada, aunque también es verdad que ahora con la crisis, se encuentran menos “huecos”.
Conozco empresas que sin llevar el calificativo de RSE están haciendo una labor a su nivel de contratación continuada, que hicieron una apuesta en su día y siguen llamándonos cuando necesitan personal ¿será que han descubierto un filón?. En mi experiencia, también lo tengo que decir, no hablo de las grandes empresas –que también las hay, pero que las contaría con los dedos de una mano, que son cinco-, me estoy refiriendo a la pequeña y mediana empresa que acepta el diálogo y no me hace perder tiempo con muros infranqueables que se denominan departamentos de recursos humanos.
Últimamente hemos visto también como algunas de estas empresas que denominamos “sensibilizadas” han quebrado y como comerciales pre-ocupados por un sector de población que no va a poder trabajar y su historia vital de vida se va a complicar en exceso, hemos tenido que agudizar la creatividad.
¿Es importante que los empresarios y empresarias apuesten para que las personas presas vayan saliendo de las cárceles y reconstruyendo sus vidas?. ¿Hay que indicar al tejido empresarial el significado de las palabras: salir fuera, empezar, oportunidad, vivir con ilusiones posibles...? Por mucho que lo intente explicar, quien no sienta la importancia de participar en esta historia desde la actitud de que es necesario creer que estos valores, reales por otra parte no utópicos, y de que el trabajo en esta área propician una sociedad más humana, será complicadísimo convencerles de que merece la pena iniciarse en la responsabilidad social desde este lado.
Ahora, si hay que insistir se insiste las veces que haga falta.
María Angurel –T.Empleo. Proyecto Ícaro. Asociación Eslabón-